domingo, 19 de septiembre de 2010

Carta para Mabel

Querida Mabel:
Querida amiga, se que está carta no tiene destinatario real, tal vez si existiera la máquina del tiempo o algún mecanismo todavía no inventado para superponer los espacios presentes con los pasados o tal vez por una simple necesidad de hacerlo sin que nadie la lea igualmente la escribiría. Si hoy me preguntaran si los ángeles existen, yo, desde mi profunda racionalidad de las cosas, diría que sí, que yo conocí a uno, que fue mi amiga, mi hermana del alma como a vos te gustaba presentarme.
Por eso te pienso como un ángel, impensadamente generosa y agradecida con lo que la vida te ofrecía. Ese cumpleaños nos divertimos muchísimo, Éramos un montón convocados solo por compartir algo con vos, para ver si nos contagiábamos de ese optimismo de esas esperanzas, de esa fuerza por la lucha. Comimos cosas muy ricas y bailamos toda la noche, pero lo más sorprendente fue que cuando llegamos vos nos esperabas con un regalo para cada uno de los que habíamos ido, porque eras vos la que agradecía y festejabas la presencia de cada uno de nosotros. Regalo que aún guardo y atesoro como el más querido.
Sos mi hermana del alma, estuviste en el momento más duro de mi vida, que ahora cuando ya pasó pienso que también lo era para vos y sin embargo dejabas a un lado lo tuyo para jugarte por lo mío. Recuerdo el día que convaleciente desperté y sostenías mi mano y me mostrabas la nueva peluca rubia que te habías puesto para la ocasión, dándole a eso, que para algunos era un drama, tu toque de coquetería y de humor.
Que difícil que resulta pensarte conjugando los verbos en pasado, vos que eras defensora a ultranza del presente sabiendo que se te escurría lentamente por todas partes y que sin embargo lo vivías con una alegría incomprensible para todos los que lo sabíamos.
En este presente me siento con una alegría inmensa por los hermoso de los momentos compartidos aunque a veces la nostalgia me juega una mala pasada cuando paso por plaza Italia y espero a veces verte cruzar corriendo Santa Fe o parada en la esquina buscando un taxi, o simplemente paseando tu perro del brazo de tu hija.

3 comentarios:

  1. Hola adriana! Aca un comentario:
    El segundo párrafo empieza con algo que en verdad continúa del primero. Me parece que esa frase la pondría en el anterior y la anécdota del cumpleaños como un párrafo aparte.
    Muy bella tu carta, cuántos sentimientos fuertes.
    Nos vemos por el curso!
    Si podes fijate mi carta: carta para mi abuela mabel.
    Emilia

    ResponderEliminar
  2. Hola, me pareció una carta muy linda. Mi único comentario: me resultó larga la primera oración.
    Saludos!

    Pablo P.

    ResponderEliminar
  3. Si tenes razón, ahora que la vuelvo a leer, esa oración es un párrafo y queda descolgada de la parte que sigue. La voy a corregir.

    Gracias!!!!

    ResponderEliminar