sábado, 25 de septiembre de 2010

Carta a mi sobrina Ana

Querida Ana
                            El otro día que hacia tanto frio me acordé de  la tarde que fui a tu casa y estuviste un largo rato arrodillada lavando ropa en la bañadera. Te quedaron las manos enrojecidas y doloridas y me dijiste que necesitabas un lavarropas, aunque fuera usado, porque los chicos ensuciaban mucho, pero que ahora no lo podías comprar. Y también de lo mal que me sentí por no poder ofrecerte una ayuda concreta.
                             Antes de morir  tu vieja me pidió que no los dejara solos. Sin embargo cuando poco tiempo después repentinamente falleció tu padre,  vos te fuiste a vivir a Uruguay y Nico a Córdoba  con su novia y solo tuve noticias esporádicas de Uds.  Prácticamente perdimos contacto, más con vos que con tu hermano que cada tanto venía a Bs.As. y nos veíamos. Hasta el año pasado cuando me llamó tú amiga para decirme que estabas parando en su casa y que habías tenido un episodio de violencia con tu hijo.
                             Ahí me entere que habías tenido otro hijo,  que el mayor se había quedado en Uruguay con el padre y que un juez había decidido internar a Joaquín en un hogar transitorio hasta que ellos evaluaran que estabas en condiciones de hacerte cargo. Entonces después de largas charlas, de consultar con varios profesionales y pensarlo mucho,  tomaste la decisión de venirte  a vivir a Bs. As. para hacerte cargo de los chicos. Estando sola fue una decisión verdaderamente valiente. Desde entonces pudiste resolver el tema de la vivienda, la escuela de los chicos y tu trabajo para traer a Diego y que te devolvieran a Joaquín.
                             Sin embargo no puedo dejar de pensar en la fragilidad de tu situación económica y que puede pasar si en algún momento se te complican las cosas.  Me preocupa que te aísles de la familia, no solo de nosotros, también de tus otros tíos y primos, que sinceramente te queremos a vos y a tus hijos. Me alegraría mucho que llamaras y te vinieras un día a casa con los chicos.
                               Un beso, tú tío Ricardo. 
                                                              
                      

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