sábado, 18 de septiembre de 2010

Dos cartas (por Alejandra)

Bueno... parece que no hay más valientes que quieran publicar, así que ahí voy yo. Son dos cartas, una creo que ya se las leí en clases y la otra la elaboré hace un par de días, haciendo la revisión de la primera. La primera está escrita con la intención de hacer reír, la segunda es un poco más sentimental. Las dos hablan del mismo tema, la amistad entre el hombre y la mujer. Considerando que no creo que exista tal cosa, la literatura me da revancha y puedo hacer que historias o situaciones (para bien o para mal) sucedan. Como estas dos:

Primera carta
Gustavo,
Seguramente leíste mi nombre en el remitente y dijiste “y esta quién corno será”. No soy promotora ni te voy a convencer de comprar nada, por ese lado te podés quedar tranquilo. A lo mejor te sonó familiar el nombre en el remitente, a lo mejor no. Bueno, en caso de que no, quisiera que te remontes hacia 1982, en la escuela Nº 86, donde cursamos quinto, sexto y séptimo grado. Nos sentábamos en el mismo banco. Mi apellido era el tercero de la lista, justo después del tuyo.
¡Ah! Tal vez ahora sí te acuerdes de esa nena petisa y feucha, con la que compartías el banco, el manual (porque el tuyo era muy viejito, heredado de tu hermano, y le faltaban algunas hojas) y también una considerable cantidad de golosinas, chismes, trabajos en grupo y tareas. ¿Te acordás que en el grupo siempre éramos los encargados de hacer los mapas y dibujos porque éramos los que mejor dibujaban? ¿Y te acordás de aquel concurso de dibujo, que al final gané yo con una acuarela de la Fragata Sarmiento? Me acuerdo que me dijiste bajito, como con despecho “te felicito che, te quedó muy lindo”. Pero en el fondo no estabas contento. Yo me di cuenta, y por eso te regalé mis lápices, esos que tanto te gustaban y siempre me pedías prestados. Al hacerlo, sentí como vértigo, unas cosquillas raras en la panza que no había sentido nunca en mi vida. Me di cuenta que era amor, amor infantil, como un tierno capullo de amapola de primavera. Nadie se enteró de esto, porque las gastadas hubiesen sido crueles para los dos. Además vos, con tu flequillo a lo Balá, tu voz de pito y tu apodo de “mariquita” porque no te gustaba jugar a las trompadas como el resto de los varones...
Confieso ahora que no te lo dije en aquel entonces, porque tenía miedo que me rechazaras y terminásemos con esa amistad. Pero también porque esperaba que las cosas cambiaran con el tiempo y que tal vez, luego de unos años, me vieras con otros ojos. Pero eso no sucedió. Terminado el séptimo, cada cual fue a colegios secundarios distintos. La vida siguió su curso, y nunca más nos volvimos a ver.
Y confieso que me salió decirte esto después de treinta años porque en pocas semanas estaré haciendo pie en Londres, donde voy a vivir un largo tiempo. Quería cerrar algunos asuntos antes de dejar mi Buenos Aires querido. Bueno, creo que este ya está. No sé si a vos te cambia algo, pero a mí me saca un peso de encima. Liberar este secreto de tantos años marca un antes y un después. Tal vez te rías, tal vez lo pienses, tal vez te emociones o probablemente me mandes a la mierda. O no. O tal vez quieras escribirme y contarme sobre tu vida, tu trabajo, tu familia, o cualquier otra cosa que quieras, como en aquellos días que te sentabas al lado mío.
Te deseo una vida feliz, porque los buenos amigos siempre se desean lo mejor.

Alejandra

PD: El mundo es un pañuelo y la casualidad es muy puta. Así que si un día nos cruzamos, sea en el lugar que sea, no importan los motivos o las circunstancias... ¡VOS NO DIGAS NADA!


Segunda carta
José,
Me acordé de ese poema que escribí hace tantos años “Tu nombre reverbera en el aire que respiro” porque podría describir perfectamente, aquí y ahora, todo aquello que pasa por mi mente cuando salgo a la calle. Subo al subte en la estación San José, cruzo por la verdulería Don José, la zapatillería José, el kiosco Josecito, un grafitti escrito en una pared con letra enorme nombrando a un José nosecuántos...
Es increíble que casi toda la ciudad, con su enormidad, pueda traerme tu nombre a mi memoria a cada rato, en cualquier momento del día, empeñada quizás en hacerme pensar en vos ante la primera ocasión. Que me acuerde de no olvidarte. Como si no fuera suficiente que guarde en la última hoja de mi agenda esa foto donde estamos vos y yo, esa tarde que pasamos allá en Ezeiza. Estamos tan contentos y espontáneos, tirados en el pasto mirando para arriba, que parecíamos John y Yoko. Vos insististe en sacar la foto perfecta y, o te temblaba el pulso, o no encontrabas el botón, o se te movía el brazo. Y salieron como veinte fotos, una más espantosa que la otra. Después de verlas y reírnos las borramos a todas menos a esa, que mas o menos salió bien. Te la adjunto a esta carta (en papel fotográfico de alta calidad, como verás no escatimé en gastos), viendo que seguís tan cabezadura como reticente a la tecnología como para no tener una casilla de email siquiera. Te conozco bien, a pesar del tiempo que no nos vemos, y sé que te fascina ese toque personal que tienen las cartas reales, de puño y letra.
Te adjunto también una foto mía con el peluche del Pepé L’Amour que me mandaste hace dos meses y que tanto me habías prometido, para que veas que llegó a destino y está en buenas manos. ¿Te cuento algo? Nadie me cree que seamos ex novios y aún así sigamos siendo buenos amigos. No sé por qué  piensan que sí o sí las cosas tienen que terminar a las patadas entre dos personas que se quieren bien. En fin, allá ellos.
Besos a tu mamá, y a tu hermana postiza decile que no se haga la estrella y me salude alguna vez en Facebook.

Tu amiga,

Alejandra

Gente, espero sus críticas :-)

Saludos y buen finde
Alejandra (@_aleare)

3 comentarios:

  1. Hola Alejandra! Aca va un comentario constructivo, espero, de esto se trata el Blog, no?
    En tu 1ra carta creo que deberias resaltar la anécdota del concurso que ganaste, ya que fue allí cuando le ragalaste los lápices y descubriste que te gustaba tu amigo. Además porque me parece muy largo el párrafo al ppio. Las primeras oraciones de los párrafos me parecen correctas, introducen a lo que se va a leer.
    En cuanto a la 2da carta no se entiende bien donde termina el 2do párr. y empieza el 3ro. Tal vez no estan separados y aparecen así en el post.(?) Pareciera que el 2do termina en "Y salieron como veinte fotos, una más espantosa que la otra." y me parece que podría continuar porq hablan de lo mismo.
    Bueno, todo con onda ;) Si podes fijate mi carta, es la carta para mi abuela mabel.
    Saludos! Emilia

    ResponderEliminar
  2. Hola Emilia!
    Gracias x el comentario. Voy a ver si puedo hacer un ajuste a la primera carta (era mucho más larga, parece que hay que seguir podando, jajaja).
    En la segunda, el segundo párrafo termina en "... cartas reales, de puño y letra". Es decir ese bloque largo donde se habla de la foto vendría a ser el segundo párrafo. Hum, ahora que lo pienso, no habrá quedado muy largo? :-/

    Besos y nos vemos hoy a la tarde

    ,-·*’°§{ Alejandra }§°’*·-,

    ResponderEliminar
  3. Hola Alejendra, leí tus dos cartas y me parecieron muy buenas. La estructura en párrafos me resultó correcta así que sólo te menciono una pavada, repetiste un par de palabras en la primera carta: acordás/acuerdo y confieso.
    Nada más.

    Pablo P.

    ResponderEliminar