martes, 12 de octubre de 2010

escena


-No tenes nada en la rodilla
      Repitió barias beses el entrenador. Faltarían 20 o 15 minutos para que terminara el partido e íbamos apenas 2 puntos arriba. Al fin llegaba el momento, ya estaba aburrido de calentar por el borde de la cancha.
       No voy a mentir estaba un poco nervioso entrar a la cancha después de un año y medio de rehabilitación me excitaba y asustaba al mismo tiempo. La rodilla estaba estable y fortalecida, pero seguía con esa sensibilidad rara.
      Escuche atento las indicaciones de lo que tenía que hacer al entrar, mientras el tano trotaba para salir  de la cancha. No escuche lo que me dijo el tano solo lo salude y seguí trotando. Los nervios aumentaron en cuestión de segundos ¿y si jugaba mal? ¿y si me lesionaba de nuevo?. La cancha se enmudeció mientras yo me repetía estas dos preguntas, solo oía el zumbido del viento que daba de lleno a mi oído.
       Paff!! la pelota giraba ahora por el aire y en cuestión de segundos el partido retomaría su ritmo. Sin saber bien que hacer corrí asía donde caería  la pelota. El negro la trapo, de forma milagrosa, avanzo hacia la marca y me la paso. Los nervios se hicieron a un lado ahora solo tenia esa sensación de calor que me subía por el cuello. La rodilla estaba impecable y después de una año y medio esta jugando de nuevo

emiliano

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